lunes, 29 de octubre de 2007

DISCRIMINACION POR EDAD: EL BBVA CONDENADO

El Tribunal Supremo, en una sentencia histórica, ha ratificado la del Tribunal Superior de Justicia de Madrid de 27 de junio del 2006, que obliga al Banco a cesar en su maltrato sistemático y encubierto a un trabajador, cuyo único delito ha consistido en rechazar la prejubilación “voluntaria”.

La sentencia afirma textualmente que: “En definitiva nos encontramos ante un trabajador que ha dedicado la totalidad de su vida laboral a la empresa demandada (ingreso a la edad de 15 años) y que al ir cumpliendo años y rechazar de forma reiterada la oferta de prejubilación, se le ha dispensado un cambio en sus condiciones, se le ha preterido a posiciones de degradación profesional hasta situarle en una situación de especial vulnerabilidad frente al acoso, como lo evidencia la incapacidad laboral por síndrome a.d. secundario a conflicto persistente en el ámbito laboral, todo lo cual constituye una clara situación de discriminación por edad, que justifica la resolución indemnizada del contrato de trabajo, al haber incumplido de forma grave y culpable la empresa sus obligaciones para con su empleado y vulnera el derecho fundamental invocado y demás normas citadas”

En resumen, se considera probado que el BBVA ha discriminado, por razón de edad, durante siete años a este trabajador, al que ahora el Banco tendrá que pagar una considerable indemnización.

Este compañero entró en el Banco de Bilbao como botones en 1957 iniciando una carrera que le llevaría a lograr el nombramiento de Jefe de 3ª A (Técnico 3). Su calvario se inicia en 1999, cuando rechaza la prejubilación y el Banco le aplica con todo rigor el protocolo que para estos casos, parece que tiene estipulado el Banco, retirándole la jefatura de departamento que tenía asignada en Tres Cantos y trasladándole a Vaguada, donde en unas ocasiones se le asignan tareas administrativas irrelevantes y en otras no se la da trabajo a pesar de que lo reclama con insistencia. Tampoco se le fijan objetivos y, o se le evalúa mal, o no se le evalúa. Fruto de esta insistente persecución tiene que darse de baja en 2004 al contraer la enfermedad citada en la sentencia. En 2005 inicia la demanda por la que el Banco ha sido condenado.

Estas practicas están siendo muy habituales en el Banco, aplicando a cientos de compañeros que se atreven a rechazar unas prejubilaciones “supuestamente voluntarias”, unos protocolos que tenemos que calificar como de “malos tratos”, consistentes en: Absorción salarial, privación de bonus, retirada de poderes, supresión de la formación, degradación funcional, desubicación, valoración profesional ínfima, cartas de apercibimiento malintencionadas, traslados punitivos y un largo etc.

Nosotros vamos a luchar contra ello, y animamos desde aquí a todos los compañeros que se sientan discriminados por razón de edad, a que inicien con nosotros, los procedimientos legales necesarios, para luchar en defensa de sus derechos.

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